Una maratónica jornada de más de 4 horas vivió la gestora social de Barranquilla, Silvana Puello Visbal, durante su visita a la Fundación Granitos de Paz. Durante el recorrido, a cargo de nuestra directora ejecutiva, Martha Elena Mogollón, pudo conocer el modelo de intervención Granitos de Paz y los diferentes programas sociales al servicio de la comunidad de Olaya Herrera, para mejorar la calidad de vida de las familias más vulnerables.
Los niños y jóvenes de los Programas de Refuerzo Escolar y del Fondo Educativo Fabio Echeverri Correa, fueron los más felices. No solo interactuaron y le hablaron al oído, también tuvieron la oportunidad de hacerle peinados y hasta enseñarle unos pasos de música champeta.
El recorrido siguió en el Centro de Aprendizaje donde conoció los diferentes ambientes pedagógicos, entre ellos, la Sala Cuna, y entregó un caluroso saludo a los más pequeños.
“Me parece que tienen todo lo de la Secretaría de Gestión Social en un mismo lugar. La Fundación le da todas las herramientas a las familias para que logren mejorar sus condiciones de vida (…) ver de cerca las historias de todos me pareció súper bonito”, expresó Silvana Puello.
Y ¿cómo visitar la Fundación y no recorrer los Patios Productivos? Gregoria Cortés y Yarlis Ortiz, dos de nuestras agricultoras, recibieron a la Gestora Social en sus Patios y le explicaron cómo funciona este exitoso Programa de agricultura urbana. Allí, la funcionaria conoció la variedad de cultivos, degustó algunos de ellos y también conoció los testimonios de las mujeres agricultoras.
“Desde hace tiempo vengo escuchando sobre los Patios Productivos Granitos de Paz y realmente estoy super sorprendida del trabajo integral que viene haciendo la Fundación Granitos de Paz con la comunidad, es un trabajo donde no solamente se les enseña cómo cultivar sino también se les brindan herramientas psicosociales, apoyo de cómo manejar el dinero que están recibiendo para que sigan saliendo adelante”, agregó la Gestora Social.
El recorrido concluyó pasado el mediodía en el sector Las Delicias, donde pese a evidenciar las difíciles condiciones socioeconómicas y sanitarias que afronta este sector que bordea la Ciénaga de la Virgen, salió recargada del cariño y la alegría de los niños.